Cuando fue anunciada esta serie de Rocket Raccoon tuve mis reservas acerca de darle una oportunidad o no. Cuando se comenzó a mostrar el arte de Skottie Young, finalmente me convencí a mí mismo diciéndome “esto va a estar divertido”. Afortunadamente estuve en lo correcto.
La serie comenzó siendo escrita y dibujada por Skottie Young, famoso por las desgastadas (por ponerlo leve) Baby Variants de Marvel y los multipremiados cómics de Oz. En años recientes, rara vez se había tenido la oprtunidad de ver a Young dibujar un cómic entero con su estilo no-baby y como escritor se le ha visto poco también, pasando sin pena ni gloria por la mini serie Magneto: Not A Hero.
Rocket Raccoon, se podría decir, era una apuesta tanto segura como arriesgada, pero al concluir su primer arco de cuatro números me quedé queriendo más.
Todo indica que Young deja el arte de Rocket Raccoon y el #5 es la transición, con arte tanto suyo como de Jake Parker. Al principio pensé “qué lástima que Young se va”, pero al terminar de leer cambié de opinión por un “ahora conozco a un nuevo y excelente artista”.
La trama es simple y fluye extremádamente rápido, pero tiene un truco: es narrada enteramente por el carismático Groot. Young ilustra el principio del número, en el cuál se encuentran Rocket y Groot contando historias a un puñado de niños exploradores alienígenas. La historia contada por Groot es el centro del número y es cuando Parker hace su aparición.
Ahora, ¿cómo es que Groot cuenta una historia? Pues I am Groot, I am Groot, Groot, I am Groot, por supuesto.
Durante la historia, el par de amigos vive aventuras épicas con peligrosas partidas de poker, espadas mágicas y barcos piratas, todo -y me refiero a todo, diálogos, onomatopeyas, letreros, etc- contado con el lenguaje único de Groot. Todo tendrá sentido cuando lo lean y lleguen al final sorpresa y el chiste de la última página.
Rocket Raccoon #5 es imperdible. Con mucha suerte aún lo podrás encontrar en tu amigable tienda local de cómics, o lo puedes leer digitalmente en Comixology.